Herrnhut Forest de Chabarang
Hace muchos siglos, un grupo fugitivo de Moravia y Bohemia, llegó a las tierras del conde Nikolaus von Zinzendorf en el este de Alemania, eran los Unitas Fratrum, quienes vivieron casi durante un siglo en las montañas, después de ser perseguidos, torturados, quemados y casi exterminados en su propia tierra, por clamar contra la injusticia, y decir la verdad.
Los moravos, como ahora los conocemos, decididos a no mirar atrás, ni censurarse aunque muerte los amenazara, llegaron a Alemania con un tesoro, donde estaba guardada su alma, y que podía transformar todo para su bien; el joven conde Von Zinzendorf les dio una tierra cerca de la villa de Berthelsdorf, donde fundaron Herrnhut, un refugio, donde soñaron, e hicieron realidad sus sueños como un río que crece con las lluvias hasta cubrir el mundo.
Los habitantes de Herrnhut eran fieros, sin miedo en la tormenta del océano, nada los detenía, ni siquiera temían la muerte; también sabían ser dulces, y morir por su ideal.
Se multiplicaron, pasó un siglo, y luego pasaron muchos más. Por alguna razón el sueño se apagó, como si ya no fuera a llover. Y sin darse cuenta hudieron su tesoro en el lodo.
La nación se olvidó de quién era, lloró cenizas, sangre y se llenó de soldados; y mientras un monstruo la devoraba, casi todos callaron temblando de miedo. Pero hubo muchos que protegieron a la gente que nadie debía destruír; y otros alemanes desenterraron el tesoro oculto con su voz y, aún en los dientes del asesino, atacaron con la verdad al que destruía una hermosa bandera manchada de mentiras. Muchos más murieron.
Ahora la sangre esta clamando y su grito se levanta desde el suelo; alguien la ve y la escucha.
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